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MARCAS





“La identidad es la causa, la marca es el efecto.”
Larry Ackerman
Fabricamos las marcas para que enganchen a los consumidores y los atrapen con hilos imperceptibles y sutiles. Es un juego, en parte, pero también es un compromiso con aquellos que quieren conquistar corazones y con aquellos que desean ser conquistados. Es como si en virtud de la marca, todos asumieran que desean participar en una representación donde el producto es solo un mediador. Y ese precisamente es el milagro, que el producto cede su protagonismo a la marca, confundiendose con ella e incluso diluyéndose en ella, Entonces se produce el éxtasis, la comunión entre el consumidor y sus deseos, entre las convicciones y lo que debe ocurrir inevitablemente; el encuentro entre lo que uno ansía y lo que merece. Como si de un embrujo se tratase, la marca dota al producto de la dimensión necesaria para que transciendan sus virtudes y hasta su misma realidad, y se manifieste una nueva relación entre marca y consumidor. En ese momento ya el producto se hace perfectamente prescindible.