El color de la felicidad

Desde hace algunas semanas la compañía Coca Cola ha revolucionado el diseño de sus envases en una dirección que me parece básicamente acertada. Es cierto que -habrá alguno que me mate-, creo que el diseño del logo necesita ya una vuelta, creo que en la nueva formulación aparece excesivamente grande y creo que sigue siendo excesivamente compleja la información que presenta, aunque en esto ha mejorado respecto a tiempo atrás.

Sin embargo, considero que es un gran hallazgo -por cierto, hecho por publicistas españoles-, el generalizar el color rojo en todos los productos para identificar la marca, en una estrategia muy inteligente de apropiarse no solo de los lineales de los supermercados, sino también del propio color rojo: Conseguido vestir a Santa Claus, ¿por que no iban a adueñarse de uno de los colores más vibrantes que existen y, seguramente, el más publicitario.

Pero, la cuestión es, y ya doy la batalla por perdida, determinar si el rojo es verdaderamente el color de la felicidad. Y de ser así, si lo es para todas las razas y culturas. Y si es así, si lo es en todo momento. Y ya pensando en Coca-Cola, si el rojo fuera el color de la felicidad, ¿es su pantone de rojo el que se acerca más al ideal de felicidad que tenemos?.

Te dejo pensar sobre ello y sobre todo lo relativo a este maravilloso color. Mientras tanto atrevámonos a participar en la propuesta de herbolario VidaNatural, que empeñado en hacer feliz a la gente con productos biosaludables, quiere determinar cúal es el verdadero color de la felicidad. Ellos creen que es un verde limón. Claro que no son Coca Cola y tienen difícil imponer su criterio. Pero son divertidos y han tenido una gran iniciativa. Participa en su encuesta.